Verificación de información no financiera: Garantía de transparencia

Contar con una verificación externa refuerza la credibilidad de los informes de sostenibilidad

En el contexto actual, donde la transparencia y la sostenibilidad son factores clave para el éxito empresarial, la verificación de información no financiera se ha convertido en una herramienta estratégica. 

Esta verificación puede marcar una gran diferencia en la percepción que inversores, clientes y organismos reguladores tienen sobre una organización. Este artículo explora los beneficios de recurrir a una verificación externa y por qué es una decisión inteligente para las empresas comprometidas con la sostenibilidad.

¿Qué es la verificación de información no financiera?

La verificación de información no financiera consiste en la revisión independiente de los datos y declaraciones incluidas en los informes de sostenibilidad por parte de un tercero cualificado. Esta verificación evalúa la calidad, relevancia y trazabilidad de la información proporcionada por la empresa en los temas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

En términos prácticos, se trata de validar que los datos reflejados en los informes no financieros responden a la realidad operativa y estratégica de la empresa, y que han sido recopilados, medidos y reportados conforme a estándares reconocidos. 

¿Por qué es relevante si no es obligatoria?

Aunque los informes VSME no están sujetos a verificación externa obligatoria, muchas empresas deciden someterlos voluntariamente a este proceso para:

  • Reforzar su compromiso con la transparencia.
  • Diferenciarse frente a la competencia.
  • Generar mayor confianza en inversores, entidades financieras o partners comerciales.
  • Anticiparse a futuras exigencias regulatorias.

La verificación de información no financiera se convierte, así, en un elemento diferenciador en mercados cada vez más exigentes, donde el compromiso con la sostenibilidad no basta con declararse: debe demostrarse. Además, cada vez más entidades financieras, administraciones públicas y grandes compañías exigen este tipo de garantías a sus proveedores o colaboradores.

Beneficios concretos para las empresas

La verificación aporta valor tangible e intangible. Entre los principales beneficios encontramos:

  • Credibilidad: la validación por un tercero independiente refuerza la confianza de los stakeholders.
  • Calidad del reporting: ayuda a detectar errores, inconsistencias o datos poco claros.
  • Preparación para la CSRD: permite a las empresas adaptar sus procesos de información no financiera de forma progresiva.
  • Mejora continua: recibir feedback de un verificador externo impulsa la evolución de la estrategia ESG.
  • Mitigación de riesgos: reduce el riesgo reputacional, financiero o regulatorio derivado de una mala práctica o informe inexacto.
  • Mejora en el acceso a financiación: muchas entidades valoran positivamente la existencia de procesos de verificación para conceder líneas verdes o sostenibles.

Verificación y CSRD: un escenario de obligación creciente

La Directiva CSRD establece la obligación de elaborar y verificar informes de sostenibilidad para muchas empresas a partir de los próximos ejercicios. Para aquellas organizaciones que ya han iniciado este camino con informes voluntarios como el VSME, realizar una verificación de información no financiera les permite adaptarse de forma escalonada y con mayor seguridad.

Además, les da la oportunidad de construir internamente una cultura del dato no financiero, mejorar sus sistemas de trazabilidad y establecer protocolos que más adelante serán imprescindibles para cumplir con los estándares de reporting.

¿Qué debe incluir una buena verificación externa?

Una verificación eficaz no se limita a revisar los números finales, sino que analiza:

  • La metodología de recopilación y análisis de datos.
  • La trazabilidad de las fuentes internas.
  • La alineación con estándares internacionales.
  • La lógica y coherencia de los indicadores ESG seleccionados.
  • La implicación del equipo directivo y la cultura de sostenibilidad de la empresa.

Una verificación de información no financiera rigurosa puede incluso revelar áreas de mejora desconocidas por la empresa, actuando como una auditoría estratégica que impulsa la transformación hacia modelos más sostenibles y competitivos.

Elegir al verificador adecuado

La elección del profesional o entidad encargada de la verificación es fundamental. Debe contar con experiencia en sostenibilidad, conocer los estándares aplicables y actuar con total independencia. Una buena consultora o firma verificadora no solo valida los datos, sino que también orienta sobre cómo mejorar los procesos internos de recopilación y reporting.
Además, es importante que el proceso de verificación se adapte al tamaño y madurez de la empresa. No es lo mismo verificar el informe de sostenibilidad de una gran corporación con múltiples filiales internacionales que validar un informe VSME de una pyme local. Sin embargo, en ambos casos, la verificación de información no financiera puede marcar la diferencia.

La sostenibilidad empresarial no es solo una declaración de intenciones, sino una práctica que debe sostenerse con datos fiables y contrastables. En este contexto, la verificación de información no financiera se presenta como una garantía de transparencia, profesionalidad y compromiso. Tanto para informes VSME como para prepararse ante la CSRD, optar por una revisión externa no es un coste, sino una inversión en confianza y reputación a largo plazo.

Además, posiciona a la empresa como referente en su sector, mejora su capacidad de acceso a financiación y licitaciones, y fortalece las relaciones con todos los grupos de interés. En un mundo donde cada vez más decisiones se toman en base a criterios ESG, verificar es avanzar.

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